Últimamente las cosas no pintan bien para México ni para su población, al menos para la mayoría. Si bien hemos sobrevivido al presidente más incompetente de la historia, ahora con Trump tendremos a alguien arriba de él no solamente también incompetente sino además malvado y con más poder. Ahora con su intención de quedarnos aislados gracias a un muro, nos damos cuenta de lo mucho que hemos dependido de ellos; y de cómo hemos dependido de otros países a lo largo de la historia.

Tenemos amplia historia de cómo otros países nos han endulzado el oído. Y con ello, nos hemos abierto de par en par entregando lo más valioso que tenemos. ¿Y todo para qué? Para ser tirados a nuestra suerte en cuanto nos volvemos inconvenientes para la relación.  Además no acaba ahí la historia. Lo más llamativo es que esperamos que el próximo país del que seguramente dependeremos, sea más gentil que el pasado. Y lo que nos ha puesto en esta posición de vulnerabilidad no han sido los otros. Hemos sido nosotros, con nuestra comodidad, con nuestra falta de unión y nuestro egoísmo.

Quizá esta es la crisis que necesitábamos para despertar. Finalmente es nuestra decisión tomar esto como una oportunidad para trabajar más en lugar de esperar al próximo rescatador. Nuestro gobierno ya salió de nuestro control y el de nuestros vecinos también pero lo que sí está en nuestro poder cercano y de rápida acción es hacer comunidad y salir de este atolladero todos unidos. Lo tenemos todo para lograrlo y es hora de darnos cuenta de eso. Tal vez así terminaremos con el círculo de pobreza y carencia mental a la que nos hemos sometido por tantos años.

Escrito por Maritza Salcido