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Tú y yo, hasta el fondo del mar

Ser prudente, la lección de este domingo. ¿Por qué? Porque mañana comienza el ritmo de la rutina. Y nada peor que ilusionarse con un lunes tranquilo, sin prisas, sin presiones o sin sueños rotos. Esta es tu vida como empresario, y tienes que acostumbrarte. ¿Sí?

 

¡Hecho! Porque cada vez que se me rompe la ilusión, un sueño o la idea de lo que lejanamente parecía ser un oasis de paz, surgen en mi mente otras cinco ideas. Me podrás romper pero nunca dejaré de crear. Te lo prometo, ¡vida!

 

Prometeo dio al hombre la luz; el fuego. Y su destino lo llevó a un final sin misericordia. Hoy domingo, es un buen día para asegurarnos que nuestra empresa sigue con la visión con la que la creamos originalmente: cambiar el mundo. Hacerlo mejor. No nos queda otro camino que seguir hasta llegar al fondo, y de ahí, hasta el otro continente.