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Si tienes ganas de celebrar, no uses fuegos artificales | Fundación Michou y Mau

Esta temporada decembrina es una época de disfrutar a la familia. Es también un tiempo en que se nos permite recordar y recapitular todas nuestras acciones durante el año y mejor aún, es el final de un ciclo que nos da la posibilidad, si lo deseamos, de volver a comenzar sea retomando las riendas de nuestra vida, sea ajustando comportamientos que no nos eran gratos o bien dejando tiempos peores para abrazar el futuro con mayores esperanzas. Diciembre nos permite hacer todo esto y mucho más.

 

Diciembre también es un mes en donde la celebración de todo tipo es grande, sobre todo es pública. Los fuegos artificiales, los toritos, los castillos, cuetes, palomas y todo artificio lleno de pólvora sale a la calle para que niños y adultos hagan ruido como símbolo de su propia felicidad. En los 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, los fuegos artificiales llenan el cielo a toda hora para honrar a la patrona de los mexicanos mientras que en cada posada, kilos y kilos de pólvora en sus diferentes formas alumbran los cantos de quienes piden posada.

 

Diciembre es tiempo de volver a comenzar. Sin embargo, para muchos niños este reinicio de vidas no es posible debido a accidentes que han sufrido en este año. Septiembre y diciembre son especialmente propicios para que niños sufran quemaduras severas jugando con fuegos artificiales y familias enteras sufran las consecuencias del deseo de hacer explotar pólvora -no hace mucho tiempo la desgracia llenó una población en el Estado de México cuando explotó un mercado de fuegos artificiales y cuetes-.

 

Diciembre es época para demostrar que los que tenemos la suerte de volver a comenzar desde cero, podamos reajustar ciertas prácticas que llevamos a cabo año con año que ponen en riesgo a miles de familias pero sobre todo a niños de todo el país. Una quemadura se queda toda una vida y no hay forma de volver a comenzar. El riesgo es muy grande. Quizá sea buen momento para cambiar algunas de nuestras acciones más peligrosas. Tal vez sea una buena oportunidad para dejar la pólvora y celebrar nuestras tradiciones con música mexicana, que tan bella es.

 

Escrito por Resiliente Magazine

 


Desde 1998, la Fundación Michou y Mau para niños quemados se dedica:

–  Al traslado de niños en riesgo de perder la vida por quemaduras al Hospital de Shriners Galveston o a las unidades especializadas en México.

– A la atención de niños con secuelas de quemaduras a través de diferentes apoyos como: revisiones médicas subsecuentes en clínicas de valoración que se dan en diferentes Estados, tratamiento psicológico para los pacientes y sus familias, ayuda para las prendas de presoterapia, traslados, alojamiento en albergues durante su estancia para las revisiones médicas, etc.

– A la creación de Unidades de Alta Especialidad en la Atención de Quemaduras en México

– La capacitación de profesionales de la salud: médicos, paramédicos, TUM, enfermeras, personal de rescate, etc.; para brindar atención especializada en quemaduras

– A prevenir a través de la Campaña Nacional de Prevención “No TQuemes” que cuenta con material audiovisual y didáctico para que aprendas con los más pequeños de la casa como no quemarse o qué hacer si tienen algún accidente que pueda provocar quemaduras 

Haz clic aquí si quieres conocer más de cómo prevenir quemaduras.

Conoce más de Fundación Michou y Mau en nuestra web www.fundacionmichouymau.org   y en nuestras redes sociales: 

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 Tu donativo nos puede ayudar a salvar una vida de un niño quemado. Haz tu donación aquí o puedes realizarla directamente en el banco Citibanamex en la cuenta Núm. 4153654 sucursal 298 a nombre de Fundación Michou y Mau I.A.P., clabe interbancaria 002180029841536548

 

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