¿Has sufrido bullying? | Fundación Michou y Mau
No tiene mucho tiempo que la palabra bullying se hizo popular en nuestro país. Y si para todo niño que es víctima de este bullying su paso por la escuela primaria, secundaria y a veces hasta la preparatoria es difícil, ¿cuál será la situación cuando el niño que es víctima de bullying ha sufrido quemaduras severas en su cuerpo y rostro? No es ningún secreto que los niños suelen burlarse de las diferencias ligeras en la apariencia por lo que hace que los niños que son objeto de burlas puedan caer en depresión o sufrir ansiedad cuando conocen a gente nueva aun en sus etapas de adultos.
Es común que los niños que han sobrevivido a quemaduras reporten trastornos significativos relacionados con los cambios en el aspecto de su cuerpo. Si bien es cierto que los niños se ajustan con el paso del tiempo, antes de ello experimentan altibajos emocionales durante la recuperación de las quemaduras y la adaptación al cambio de su apariencia. En gran medida, lo que determina el trastorno de la imagen corporal está en función de factores como la personalidad, el historial de depresión, el apoyo social, la habilidad social y para hacer frente a situaciones, y cómo una persona se sentía acerca de su apariencia antes de la lesión. Sin embargo, en el caso de sufrir quemaduras, los problemas se potencian y es necesario tener un mayor cuidado y atención con el pequeño, sobre todo para lograr una curación emocional y psicológica así como la curación física.
Tan importante es esta intervención que en la escuela los niños quemados pueden sentirse extraños entre los compañeros de clase, dando pie a que los mismos niños o padres consideren mejor no exponerlos a situaciones de burla. Los padres y maestros necesitan vigilar de cerca el comportamiento de un niño sobreviviente de una quemadura y su interacción con las demás personas, sin embargo, el no tener conocimiento del cómo afrontar una situación compleja llega a generar rechazo en vez de aceptación. La intervención temprana de los adultos en la vida del niño puede ayudar a protegerlos de las burlas. Los adultos pueden darle a conocer a los demás niños alguna información básica sobre cómo deben tratar a un sobreviviente de una quemadura con respeto, lo que puede ayudar a crear un ambiente propicio para los niños sobrevivientes de quemaduras y así lograr evitar la angustia vinculada con las quemaduras, las cuales generan, entre otras cosas, dolor o tristeza acerca de los cambios en la apariencia y habilidades físicas, ansiedad sobre las situaciones sociales en las que se puedan observar las cicatrices y preocupación por no saber cómo reaccionará la gente al ver las cicatrices.
La tarea no es sencilla pero por lo mismo, es tarea de todos emprender este desafío para evitar que permanezcan las cicatrices emocionales de los pequeños con el paso del tiempo.
Escrito por Social Value Institute y Fundación Michou y Mau
Desde 1998, la Fundación Michou y Mau para niños quemados se dedica:
– Al traslado de niños en riesgo de perder la vida por quemaduras al Hospital de Shriners Galveston o a las unidades especializadas en México.
– A la atención de niños con secuelas de quemaduras a través de diferentes apoyos como: revisiones médicas subsecuentes en clínicas de valoración que se dan en diferentes Estados, tratamiento psicológico para los pacientes y sus familias, ayuda para las prendas de presoterapia, traslados, alojamiento en albergues durante su estancia para las revisiones médicas, etc.
– A la creación de Unidades de Alta Especialidad en la Atención de Quemaduras en México
– La capacitación de profesionales de la salud: médicos, paramédicos, TUM, enfermeras, personal de rescate, etc.; para brindar atención especializada en quemaduras
– A prevenir a través de la Campaña Nacional de Prevención “No TQuemes” que cuenta con material audiovisual y didáctico para que aprendas con los más pequeños de la casa como no quemarse o qué hacer si tienen algún accidente que pueda provocar quemaduras
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