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…que los jóvenes también tienen la culpa de su futuro. Brexit tiene un twist malévolo

Ayer hablamos aquí en Resiliente de cómo los viejos decidieron el futuro de millones de jóvenes para no poder trabajar o vivir en 27 países con el resultado del Brexit. Curiosamente, el dato de las votaciones tienen un twist malévolo que no quita hierro al racismo e intolerancia oculta (y ahora visible) de las generaciones más grandes de los ingleses. El twist surge en el dato de votación de los jóvenes entre 18-24. Sí, se dice que los jóvenes son los que querían quedarse en Europa. Lo que hasta ahora se dice es que de la población de estas edades, solo el 36% fue a las urnas a votar.

¡Qué malévolo es todo esto porque da una gran oportunidad de quitar la culpa a los viejos! Por lo menos, muchos pensarán esto. Que los viejos voten por salir de Europa habría sido revertido por una población joven, claro, si esta hubiera sido activa políticamente hablando. Y se argumentará entonces que es la culpa de los jóvenes. Como dice el dicho, «el que quiera azul celeste, que le cueste», y qué tanto cuesta el salir de casa, haberse registrado y votado cuando es más importante en la historia de sus cortas vidas. De acuerdo, los jóvenes son responsables de su destino, siguiendo el argumento de Sartre. Y son ellos los que con su desidia no evitaron la catástrofe que vendrá con el Brexit. Sí, pero también es cierto que ello no quita la culpa. Si bien la distribuye pero no elimina la culpa de que los viejos de Inglaterra hayan destruido la posibilidad de internacionalización de los jóvenes. Y no es solo la culpa de los viejos. Es de todos los que votaron en contra de permanecer en Europa. Recae la culpa en los racistas, los ignorantes, los anacrónicos y todos aquellos que no puedan ver que el mundo es diferente y que ha cambiado.

Ayer tuve un comentario en el que se decía que los ingleses estaban en su derecho de cerrar fronteras para evitar la migración. Y si bien puede estar justificada esta creencia, el argumento real para este mundo no es si están en su derecho o no, sino si el mundo está hecho para seguir pensando en esta idea de «mi derecho a » y «mientras sea mi derecho, puedo hacer tontería y media». No hay que ir tan lejos con la idea de derechos absurdos como el derecho a tener armas en EUA. Sí, estás en tu derecho pero con lo que pasa en el mundo, con las estadísticas de violencia, con la racionalidad en contra de ese derecho, ¿sigues pensando que la discusión es tener derecho o no? La respuesta desde Resilientemagazine es que una discusión racional no puede arrancar con «es mi derecho y lo puedo hacer» sino con un «esto es mejor por esta y esta y esta otra razón, para todos». Esto no sucedió en el Brexit. Ahí, solo se traslaparon intereses  personales hacia el nivel nacional.