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No perder la esperanza

México es un país muy difícil si uno vive en situación de pobreza. Los servicios de seguridad social no se dan abasto con las necesidades de la población, el sistema educativo encuentra cada día nuevos desafíos, la violencia daña continuamente el tejido social y para más de las mitad de mexicanos, el futuro no luce particularmente feliz. Solo en el 2016, más de 53 millones de mexicanos vivieron en condiciones de pobreza, dentro de los que se consideran 9 millones que vivieron -y viven- en pobreza extrema.

 

Más difícil es para los niños en México. 25% de los niños mexicanos sufren condiciones de pobreza sumando más de 10 millones de niños, quienes carecen, además de seguridad alimentaria para subsistir, de acceso a servicios de salud. Si bien se realiza un enorme esfuerzo para poder ofrecer tratamientos y medicamentos a niños que sufren enfermedades, muchas veces terminales, los servicios de salud en México se ven superados continuamente.

 

Los doctores y enfermeras de los hospitales públicos en México atienden con arduo trabajo a los niños que sufren graves enfermedades pero la acumulación de trabajo para los profesionales de la salud, la carencia y poca disponibilidad de medicinas en centros de salud y el desgaste que sufren los instrumentos con los que se cuentan, hacen todavía más dura la experiencia para los niños de lo que podría ser.

 

En México existen 3.9 enfermeras por cada mil personas. En lugares como Tamaulipas o  la CDMX hay 6 enfermeras por cada mil personas mientras que en Puebla apenas llega el número a 2.3 enfermeras. El promedio de países de la OECD es de 8 enfermeras. ¿Qué significa esto para los niños y las familias de los niños que sufren enfermedades?

 

La situación que vive un niño enfermo no solamente se deteriora por su condición física. También una de las causas de este deterioro es su estado anímico y sus ganas de seguir luchando contra las enfermedades. ¿Cuál es el efecto en la salud o tratamiento de un niño en un hospital si lo que enfrenta son espacios viejos, médicos y enfermeras cansadas por la carga de trabajo y tratamientos dolorosos? Por eso es tan importante la labor que hace la Fundación Vamos para Delante, quien con sus diferentes programas apoya a niños delicados de salud de familias de muy bajos recursos, hospitalizados en el Pediátrico Moctezuma para continuar luchando para curarse.

 

La Fundación Vamos para Delante realiza ludoterapia con los niños, apoya a los padres acompañándolos durante todo el proceso de la enfermedad de sus hijos, ayuda a las enfermeras en lo que haga falta pero sobre todo, consigue tratamientos y diagnósticos para los niños que no puede costear el centro de salud ni los padres y cumple sueños de los pequeños como comprar una peluca para una niña que está pasando por un proceso de quimioterapia, llegar de vacaciones a los niños para que vean por primera vez el mar, les regala tabletas, camisetas y zapatos deportivos y hasta consigue que deportistas famosos visiten a los niños en los hopsitales. Todo esto para lograr que la pobreza de una familia, no sea nunca una sentencia para el niño. Todo para poder mejorar aunque sea un poco el difícil momento para los padres que es ver a su hijo enfermo y no poder costear tratamientos y ayudar a los niños a sobrellevar tan difíciles momentos.

 


Te pedimos tu colaboración para poder ayudar a más niños este 2018 y 2019.

 

Queremos llegar a más hospitales, a más familias y a donde haga falta.

 

Por favor, ayúdanos contribuyendo en nuestra campaña eh HIPGIVEhttps://hipgive.org/es/project/life-dreams/


 

Fundación Vamos para Delante es una organización sin fines de lucro liderada por Sara Cojab y Betty Jassan, quienes junto con un maravilloso equipo de trabajo de voluntarios y de apoyo han ayudado a más de 200 niños en solo 3 años.

 

Si quieres conocer más de Fundación Vamos Para Delante, puedes visitar su página web (http://www.vamosparadelante.org) o sus redes sociales: FB e Instagram.

 

Escrito por Resiliente Magazine