Home / Impacto  / La CDMX y sus demonios

La CDMX y sus demonios

Puede decir la gente muchas cosas acerca de la Ciudad e México, de sus problemas, de su delincuencia, de su machismo, de su narcotráfico y de su mediocre futbol, pero nadie se atrevería a decir, justificadamente, que la ciudad es simplemente espectacular. Y lo es todo México, pero en especial la reciente CDMX tiene absolutamente todo para evitar ser aburrida. El mundo es muy grande y cada capital tiene sus ventajas y desventajas. Las de la Ciudad de México son extremas pero son todo menos grises. 

Hoy sábado fui a la exposición de la Capilla Sixtina a un lado del Monumento a la Revolución, y si no era suficiente la oferta de museos, conciertos, bares, eventos y exposiciones, ahora tenemos eventos que no tiene ningún otro país más que Italia: nuestra propia Capilla Sixtina. El lunes hablaré más de ella pero anticipó que es verdaderamente sensacional. Es todo lo que uno podría esperar y más. Es la unión de un proyecto social-cultural, del ingenio mexicano y de una idea muy sencilla: impacto; es decir, hacer el mundo diferente creando un antes y un después. 

El evento en sí tiene muchos puntos que comentar pero más llamativo hoy es la posibilidad de explorar la ciudad, sus rincones y sus diferentes barrios, llegando a conocer apenas muy poco de lo que la ciudad ofrece. Y si a todo se le suma la felicidad ante adversidades de los mexicanos, nuestro gusto por la comida y la buena bebida (léase buena vida) y nuestra ansiosa búsqueda de asimilar países desarrollados, el resultado es mágico. Hoy por primera vez me senté a beber un café viendo el monumento a la Revolución. La semana pasada conocí el intríngulis de Churubusco, hace poco deambulé por Bucareli a media noche, hace un mes fui a san Ildelfonso, hace dos meses fui a la lucha libre, hace tres al Vive Latino, etc. etc. Gracias México por ser tan emocionante. Mañana a buscar libros viejos a Donceles.