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El Papa, las críticas y el cambio climático

Llegó ayer el Papa aquí, a México. Desde hace tiempo, esperaban casi 90 millones de personas este día. Igualmente, muchos pero muchos críticos, arremetían o bien contra él o bien contra las acciones que involucraban su llegada o bien muchas otras cosas que encontraban, justificadamente o injustificadamente. Y aún así, el Papa Francisco ya está aquí en la nueva Ciudad de México.

He de confesar que soy un fiel seguidor del Papa Francisco. Desde que llegó a ser Papa, encontré en él la figura que necesitaba para creer en el cambio para un mundo mejor. Soy católico de religión y más allá de eso, vivo preocupado por el mundo en el que vivo, por los destrozos ecológicos, por el hambre y por la pobreza. Y la figura del Papa Francisco representa precisamente la persona que renueva y reajusta aquello que pensábamos inamovible y dogmático. Renueva el espíritu de cambio y habla de frente de muchos de los problemas que enfrentemos como sociedad, conflictos de gravísima seriedad, como el cambio climático.

Siempre habrá gente crítica con el Papa. Y entiendo por qué habrían esas críticas. Pero tampoco, creo, hay que criticar por criticar. También hay que hacer autocrítica y evitar dogmas como lo demuestra en muchas cosas el Papa. Por fin, viene un líder de gobierno y espiritual para la gran mayoría mexicana que no le tiene miedo a hablar de los problemas del mundo, de su situación de consumismo, de las guerras, del hambre, del cambio climático y del sufrimiento en general. No dudo que hable de los 43 que nos faltan, de los periodistas, de las 90,000 almas que ya no están, de la corrupción y de otros temas. No lo dudo ni un minuto. Porque curiosamente, la ortodoxia ahora se convierte en un ente que no vela por los intereses de bancos específicos (Alemania), petroleras (EUA), personajes corruptos (México), etc. ¡Y esto es lo más valioso de todo, lo que a veces dejamos de ver la gente que nos consideramos crítica y racionalista!. Llega hoy un Humanista, de esos que siempre soñamos tener en gobiernos y en posiciones de poder, y eso hay que alabar y agradecer. Problemas habrá muchos sin embargo, el tema aquí es cómo solucionarlos realmente. Y no desde la trinchera de la comodidad rutinaria.

¡Gracias, Papa Pancho, por venir! Por favor, déjanos un poco de paz, que tanto la necesitamos en México en estos momentos.