Quizá estas sean preguntas fáciles para las personas que jueguen un papel pasivo en el mundo, es decir, aquellas que desde mucho tiempo atrás decidieron que su entorno no podía ser alterado. Lo decidieron por varios motivos. Entre estos se encuentra la desidia, la apatía o la frustración. Para estas personas, la culpa y la responsabilidad de cualquier cosa que suceda en el planeta y en la sociedad, será culpa y responsabilidad de otros: gobiernos, empresas, vecinos, el destino o cualquier otro pretexto que hace que todo cambio parezca fuera de las manos de cualquier soñador.

Si la educación tiene defectos, será más fácil criticar a los maestros, políticos e instituciones. Si se destruye el medioambiente, será más fácil criticar a las empresas, a los gobiernos y las malas prácticas. Si la economía está mal, será más fácil criticar las políticas pasadas, a los países vecinos o a la teoría económica. Sin embargo, ¿qué tan fácil es partir de una crítica para poder generar y gestionar un cambio? Ese es el verdadero reto y el desafío más grande para todo soñador que se sabe responsable y culpable de lo que está pasando en el mundo pero que decide tomar parte y convertirse en solución.

Los problemas que la humanidad ha enfrentado y ocasionado han demostrado, además de que somos una especie conflictiva y destructiva, también somos la única especie en el mundo capaz de alterar el mundo entero. El cambio climático es un ejemplo de cómo nuestras acciones como especie alteran el comportamiento de un planeta entero. ¿Qué sucedería si decidimos que dicha agencialidad, esa capacidad de cambiar el mundo, la implementáramos para mejorarlo?

¿Qué se requiere para comenzar? Primero, dejar de pensar que la culpa de los problemas es solamente de los demás. Con ello, también te darás cuenta que la responsabilidad no recae exclusivamente en ellos y en ese momento, podrás comenzar el camino para ser agente de cambio. Todos podemos serlo. Solo hace falta un cambio de perspectiva con el que proyectar que todos debemos ser parte de la solución ya que somos parte del problema. 

Desde hace más de 30 años, Ashoka se ha dedicado a la generación de agentes de cambio. Todo comienza desde la educación y un cambio de perspectiva.

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