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¿Cuál es el ciclo de vida de los aparatos tecnológicos? se producen, contaminan, se distribuyen, vuelven a contaminar, se utilizan, gastan energía, se desechan… y vuelven a contaminar

La tecnología construye caminos, abre puertas, acorta distancias, comunica, maximiza nuestro potencial, desarrolla la efectividad, facilita el trabajo, genera ganancias y mejora la calidad de vida. Gran parte del crecimiento económico en países desarrollados ha sido gracias a la innovación tecnológica, pues permite que los procesos de producción sean más eficientes y genera mayor competitividad en las empresas. Asimismo, las grandes empresas empujan, cada vez más, a comprar el siguiente modelo de celular, computadora, televisión o cualquier dispositivo tecnológico, y aunque no tengamos la necesidad de comprarlo, la accesibilidad de los precios y la tendencia de adaptarse a los cambios propician nuestra propia necesidad de consumir lo más reciente. Pero, ¿cuál es la repercusión de esta constante necesidad de cambiar nuestros dispositivos tecnológicos? El ciclo de vida de nuestros productos tecnológicos cada vez es menor; compramos una computadora que utilizamos por máximo dos años, un celular que nos dura un año porque ya salió el nuevo modelo, una licuadora que cambiamos cada 6 meses… Tenemos así una lista interminable de lo que usamos día a día y desechamos sin preocuparnos por su paradero.

Agbogbloshie es un barrio ubicado en Accra, Ghana, reconocido por ser el vertedero de residuos electrónicos más grande del mundo. Además de ser una de las zonas más pobres de África, se ha convertido en una de las más contaminadas del mundo. Cada año, recibe alrededor de 215 mil toneladas de residuos tecnológicos de países norteamericanos y europeos, los cuales incluyen cadmio, plomo, mercurio y otros metales pesados. Una mínima parte de éstos puede ser aprovechada, reciclada o vendida, sin embargo, las personas que la recolectan son expuestas a presentar enfermedades respiratorias, cáncer de cualquier tipo, irritaciones en la piel, anemia y complicaciones durante el embarazo. La otra gran parte inutilizable permanece en el suelo, envenenando aguas, filtrándose en el suelo, contaminando el aire y limitando las posibilidades de aprovechar los recursos naturales de la zona para lograr la estabilidad económica. Son muchos los países subdesarrollados que viven bajo esta situación, y son muchos los países desarrollados que otorgan este tipo de donativos a quienes menos los necesitan.

Todas las piezas pueden ser reutilizadas o recicladas. No terminemos el ciclo de vida de un producto tecnológico por reemplazarlo con lo más reciente. Nosotros como consumidores tenemos la responsabilidad de mejorar este ciclo de vida: maximizar el uso de los productos, no reemplazarlos por productos que prometen ser más innovadores, elegir el producto que más convenga a largo plazo, cuidar y mantener los productos de este tipo, reutilizar las piezas cuando el producto deje de funcionar y desechar los residuos de manera responsable en organizaciones encargadas de su reciclaje.

Escrito por Rossy Shamah Chattaj

Correo electrónico: ros24sh@gmail.com