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5 datos llamativos y algo deprimentes de empresas mexicanas y del país

El rango de empresas mexicanas es tan amplio que es realmente difícil categorizarlas completamente. Primero es importante ver si son micro, pequeñas o medianas, si son de sectores primarios, de tecnología o de transformación, si son de internet o de servicios, etc. y otros muchos etcéteras. Entonces, ¿cómo generar información suficiente para saber qué servicios de consultoría darle a una empresa y poder ayudarlas a desarrollarse?

Esta pregunta es relevante porque a través de Prometeo Sustentable (www.prometeosustentable.com) se ha logrado recopilar cierta información llamativa acerca de empresas diagnosticadas, lo cual da muestras de cómo sería más o menos un atlas nacional de la situación que viven las empresas mexicanas. Los datos son todavía iniciales y requieren todavía mucha más profundización en la muestra pero ya comienzan a verse tendencias relevantes. Ahora bien, lo más triste de todo es ver que la situación de las empresas hace trágicamente sentido en relación con la situación de México, de su gente, de su gobierno y de su medioambiente.

A través de Prometeo Sustentable, se extrae la siguiente información:

42% de las PYMES mexicanas no brinda ningún tipo de capacitación a sus empleados: Bajo desarrollo personal y laboral interno

 

53% de las PYMES mexicanas sufren de alta volatilidad en ventas: Pocos instrumentos de administración de Riesgo en volatilidad

 63% de las PYMES mexicanas analizadas nunca han recibido ningún tipo de crédito: Baja experiencia crediticia

26% de las PYMES mexicanas tienen un código normativo que asegure los Derechos Humanos: Problemas en rendición de cuentas y en valor social

42% de las PYMES mexicanas no contratan empleados de forma permanente o indefinido: Poca formalidad en empleo

Evidentemente hay muchos más datos como estos y datos que pueden o contradecir estos datos o corroborarlos. Lo llamativo es que curiosamente, todo aquello que está en negrita, no suena tan diferente de lo que esperaríamos del país. Perdón, de lo que tristemente esperaríamos de cómo estamos.