No es difícil ver porque la empresa pequeña es la que es considerada la más responsable, socialmente hablando. Y es que son datos importantes que nos hacen dar cuenta que el pequeño empresario cuida su entorno y cuida a su cliente por una pequeña y sencilla razón: le cuesta dinero no hacerlo. Igualmente, la persona común, tú y yo, somos causantes de una gran cantidad de contaminación y estrés al planeta. Y es desde nosotros que podemos hacer un cambio por una sencilla razón: nos cuesta el futuro el no hacerlo.

Una gota que caiga de un grifo no correctamente atendido o cerrado gasta casi 500 litros de agua en un mes. Es como si se usara el toilette, jalando su cadena, cerca de 40 veces al mes. Peor si vemos que una fuga pequeña en el inodoro puede llegar a desperdiciar casi 34,000 litros de agua al año. ¿Qué sucede cuando conocemos datos como el que una persona de Estados Unidos promedio consume más de 300 litros de agua promedio al día pero una persona de China o de la India solo 13-19 litros. Nosotros en México estamos más o menos a la mitad. Lo cual significa mucho.

Si nos vamos a datos de electricidad, es una pena escuchar que los focos incandescentes, esos que poco a poco se hacen ilegales, usan solo 10% de su energía en luz visible, siendo que el resto, el 90%, se pierde el calor. Si a esto se suma que, como ejemplo, solo en Estados Unidos, la electricidad de los edificios ocupa casi el 19% de electricidad del país, entonces los datos de malgasto se hacen más preocupantes cuando nos vamos a datos mundiales. En nosotros están los pequeños cambios. Si llegamos a reciclar y usar papel reciclado, por cada tonelada, podemos ahorrar más de 4000kWh de energía, 20000 litros de agua y casi 30 kilos de emisiones de gas. Si fuéramos más sustentables, desde nuestra casa, veríamos un cambio inmediato en el mundo.