¿Desde hace cuánto tiempo sabemos que debemos tirar la basura en su lugar, reciclar, reusar y cuidar el planeta de destruirlo al llenarlo de basura? ¿desde hace cuándo sabemos que estamos llenando el planeta de desechos y residuos tóxicos? Y tanto lo sabíamos que desde que éramos niños, mi generación entre 30 y 40 años, veíamos el programa de Odisea Burbujas en donde el malo no era otro más que el Ecoloco, aquel personaje en cuya guarida había letreros de: «No escobas», «No jabón» y el más llamativo, «Viva el smog». ¿Desde hace cuánto tiempo sabemos que existen problemas de contaminación creados por la sociedad y que está en nosotros cambiar el rumbo?

Resulta que desde toda la vida sabemos que estamos desgastando el planeta. Tal vez en ese entonces necesitábamos a Mimoso Ratón, a Pistachón Zig Zag o a Patas Verdes para protegernos del villano amante de la mugre, la basura y el smog. Tal vez vivíamos en un mundo realmente más inocente y un tanto más ingenuo pero aún así, ya desde aquel entonces sabíamos que debíamos cambiar nuestro comportamiento porque algo estábamos haciendo mal.

Ahora tenemos otros instrumentos para detener el deterioro del planeta. Tenemos más herramientas y somos más los que nos preocupamos por tener un mejor futuro. Por ello, la sustentabilidad y el impacto social, así como la responsabilidad social y la innovación, no son solamente métodos nuevos para la competitividad sino también son los resultados de que desde niños se nos pedía ahorrar agua, recoger la basura, pelear contra el smog para, por lo menos, evitar la inversión térmica. Ahora, el truco es poder hacerlo desde el mundo de la empresa para tener mayor impacto sin embargo, todo se reduce a evitar que el Ecoloco gane esta batalla.

También publicado en Entrepreneur