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¿Por qué muchas mujeres permiten ser víctimas de violencia?

Cientos de años de historia llena de valores anacrónicos hacen parecer que el intento de erradicar del machismo tendrá un éxito similar al de mantener en pie a una fortaleza de arena frente la subida de marea. Por este motivo, la cura del machismo en el mundo debe, creo, resolverse con un tratamiento diferente.

 

¿Por qué muchas mujeres sufren violencia? Y, ¿por qué muchas mujeres permiten ser víctimas de esa violencia? Desde que hemos logrado identificar al machismo como un virus social, se ha intentado inculcar lo negativo que es. La estrategia ha sido dirigida contra el machista y la machista. Y se han obtenido muchos beneficios de estas tácticas. Sin embargo, la marea sigue subiendo y sigue destruyendo, al caer la noche, el castillo de arena.

 

Quizá la solución no radique solamente en querer debilitar el mar. Quizá la solución no se encuentre en querer detener la marea o proteger el castillo con más murallas de arena. Puede ser que la solución sea el aceptar la inexorable llegada del mar, la cual no se cansará, y cambiar el castillo de arena por una edificación más fuerte. La solución está entonces en hacer un castillo indestructible contra la marea y mejor aún, usar la marea a nuestro favor para generar algo que nos pueda servir.

 

La búsqueda por la equidad de género y la erradicación de la violencia contra la mujer debe permanecer fuerte y constante hasta que se logre conseguir. Por otro lado, es nuestro deber como sociedad que las mujeres no solo se sientan protegidas sino además empoderadas. El círculo virtuoso del empoderamiento de género produce situaciones de colaboración y cooperación pero más importante, crea comunidades de mujeres que protegen a otras mujeres en situación vulnerable y debilitan a las comunidades que violentan. El escalamiento de este sentimiento comunitario sería finalmente una sociedad en paz porque se debilitaría al machista, reduciendo su rango de acción hasta quedar inmóvil.

 

El machismo debe debilitarse y más importante, el feminismo debe fortalecerse en cada uno de nosotros. El primer paso para fortalecerlo es empoderando a la mujer tanto como ha sido empoderado el hombre durante toda la historia de la humanidad. Es en este entonces cuando creamos un verdadero cambio hacia la paz. No hay que olvidar que las presas son capaces de detener los cauces de ríos y mientras que los diques hacen lo propio con el mar. Es más, las enormes fuerzas que tienen los ríos y los mares se han podido utilizar a beneficio de la humanidad y así la inteligencia emocional busca ser una herramienta para desarrollo personal y crear relaciones sanas y fructíferas entre las personas. Quizá sea un buen momento para generar luz de aquella fuerza que nos quiere arrastrar hacia las tinieblas del machismo. Es momento de dejar de preocuparnos por las mareas y empoderar a las mujeres. Si tenemos suerte en nuestro objetivo, las mujeres empoderadas serán la luz contra la obscuridad.

 

Escrito por Roberto Carvallo Escobar

 

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Orgulloso creador de Resiliente Magazine