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Millones de mineros ocultos en un celular

¿Podemos sentirnos afortunados por tener un teléfono celular o deberíamos de sentirnos responsables por lo que implica tenerlo? Nuestros teléfonos celulares están elaborados a base de muchos minerales, tales como el platino, tungsteno, oro, plata, cobre, cobalto y coltán. Este último corresponde a una combinación entre columbita y tantalita, dos minerales muy resistentes a la corrosión utilizados para conducir la electricidad en dispositivos móviles. La mayor concentración de coltán se encuentra en las minas de la República Democrática del Congo, en donde por medio de la explotación y venta ilegal, diversas compañías de telefonía móvil han generado ventas significativas en todo el mundo.

La responsabilidad por tener un teléfono móvil surge aquí: la venta legal y controlada de coltán equivale al 1% de la venta total aproximadamente. En el excedente ilegal es en donde se generan condiciones inadecuadas de trabajo y de cuidado ambiental; cada día, miles de personas, incluyendo a menores, son expuestas a trabajar sin protección alguna, sin contar con alimentación, en jornadas de 14 horas aproximadamente, sin instrucciones y en espacios muy reducidos. Los minerales extraídos, en su mayoría, vienen mezclados con otros minerales radioactivos altamente cancerígenos para quienes los extraen. Asimismo, se destruyen ecosistemas de flora y fauna, provocando la pérdida del sustento de vida de muchas especies que habitan en dichas zonas.

Una mirada artística hacia la situación laboral de los mineros: Cai Guo-Qiang, artista chino nacido en 1957, utiliza la pólvora y la explosión de sus obras como técnica principal para hacer crítica a distintos temas de actualidad mundial. Una de sus principales exposiciones es la de “1040M Underground” presentada en el 2011, basándose en la profundidad de una mina y en el trabajo que ocurre dentro de ésta. En esta exposición pintó rostros de mineros y les colocó pólvora para después explotarlos y reflejar los riesgos que los mineros tienen al realizar su trabajo. Demuestra el sistema socioeconómico actual, en donde todo se enfoca en obtener un producto final, sin importar las condiciones del trabajador que genera el producto deseado. No podemos quedarnos satisfechos con el resultado del producto que consumimos. Debemos mirar hacia el interior del mismo con el propósito de comprender los impactos que éste genera.

 Escrito por Rossy Shamah Chattaj

Correo electrónico: ros24sh@gmail.com