Home / Realidad  / Me levanto y pienso, cómo voy a j… a mi país

Me levanto y pienso, cómo voy a j… a mi país

Hoy ha sido un día de reflexión acerca de lo que escuchamos que dijo el Presidente Peña Nieto acerca de sus intenciones mal-logradas con las que levanta cada día. La frase que dijo fue brillante y al mismo tiempo muy dolorosa. Y ahora que cada nota se repite en todos los noticieros, en las redes sociales, en los memes y en cualquier reunión social o de trabajo, todo se ve con mayor lupa que antes. Evidentemente lo que dijo el Presidente no es brillante por serlo sino es más bien un momento brillante que esperemos, pase a la historia porque marca un momento de un antes y un después en nuestras instituciones. Es doloroso porque lo que vemos en  la realidad es que todo sí parece como si lo hiciera para joder al país, sin querer queriendo

Es este el momento en que el Presidente se convirtió en Chespirito, al que todo le sale mal, lo haga, lo díga, lo cambie y lo retuerza. Solo le falta su torta de jamón, su barril y ropa rasgada. Y es un momento, creo, icónico porque hace evidente, 1) que todo le sale mal al Presidente y 2) que él, al saberlo, se tratase de disculpar con una justificación infantil similar a decir: «se me chispoteó» o «la intención es lo que cuenta» o «no quería picarle el ojo pero se me atravesó» o «no quería atropellarte pero no te quisiste quitar del camino».

 

Será un día sin precedentes porque finalmente vimos una imagen en donde la famosa llamada a la fortaleza de las instituciones, se desmorona desde arriba; desde el que debería mostrarse más sólido, supuestamente. La frase hace pensar o bien un hartazgo de todo y al mismo es una expresión de saberse incapaz de hacer las cosas bien. Podría haberse interpretado como una expresión de resignación como «hago todo lo que puedo pero aún así nadie me felicita» o «me fue como el cuetero, si truena me chiflan y si no, también». Sin embargo, más sonó la frase como si quisiera decir: «hasta yo me doy cuenta que estoy jodiendo a mi país, pero lo hago sin querer, lo prometo, aunque veo por qué todos lo piensan así».