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Lo que Nietzsche sabía de negocios – parte 3 (el gato de Schrödinger)

Si el eterno retorno es una versión más elegante del «todo lo que sube tiene que bajar», también existen otras muy buenas metáforas desde el mundo de la filosofía que son útiles para los negocios. Es cierto que este no es un ejemplo puro de filosofía sino de la ciencia pero asumamos que todo viene de un mismo lugar: el comprender quién soy, en dónde estoy y de dónde vengo.

 

El gato de Schrödinger es un concepto proviene de la mecánica cuántica y es en realidad un experimento imaginario muy sencillo para explicar dos cosas: que todo objeto es afectado por su instrumento de medición y que un objeto puede estar en dos estados diferentes al mismo tiempo. El experimento en su versión original es un poco confuso pero con algunas alteraciones, dice así: hay un gato que está encerrado en una caja cuya puerta, al abrirse, activa un venenoso gas que mata inmediatamente al gato (el ejemplo original no dice nada de ser uno el que activa el veneno sino que habla de la probabilidad de que el gato esté vivo cuya confirmación solo existiría hasta abrir la puerta, por lo que el gato se encuentra justo antes de abrir la puerta, vivo y muerto al mismo tiempo). Por esto, el gato está vivo mientras no se abra la puerta pero está muerto porque la única forma de ayudar al gato es, trágicamente, al abrir la puerta. Lo que dice el experimento imaginario-remix es que nuestra medición siempre afecta el estado en el que se encuentra el objeto, en este caso, al gato. ¿Y por qué es útil? Por una sencilla razón: la forma en que medimos o diagnosticamos nuestra empresa. La decisión de qué KPI´s (indicadores de desempeño) utilizaremos en nuestros proyectos casi irremediablemente influirá en aquello que queramos medir. Esto no quiere decir que nuestra empresa esté viva y muerta al mismo tiempo sino que nuestros instrumentos de medición producirán diferentes resultados ya que aquello que queremos medir solamente puede ser resultado de aquello que buscamos. Muchas veces buscamos problemas dentro de nuestras empresas queriendo no encontrarlos. Muchas veces el emprendedor no medirá correctamente el alcance o proyecciones de su empresa al estar nublada su visión por su mismo entusiasmo. Son estos momentos en donde tal vez el proyecto de emprendimiento está vivo mientras no lo analicemos a detalle pero seguramente estará muerto una vez que pase por filtros de mercado, de riesgo, financieros y de impacto social.

 

Existen otros ejemplos en donde este ejemplo es tan trágico como gracioso. Uno de ellos es el Inmigrante de Schrödinger, el cual es aquel inmigrante que al mismo tiempo no quiere trabajar y abusa de la seguridad social de un país, y le quita el trabajo de los locales. Cosas más absurdas se escuchan a diario en estos tiempos revueltos.

 

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Escrito por Roberto Carvallo Escobar

Director General de Terraética, Co-fundador de Prometeo Sustentable

y escritor de La rebelión de los pelones

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