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Lo que necesitas saber para comenzar una empresa social

Hay varias lecciones para comenzar una empresa tradicional. Y todavía hay más lecciones cuando de lo que se trata es de crear una empresa social; de esas que pertenecen a la famosa economía solidaria o social. Curiosamente, existe una gran confusión acerca de qué es realmente una empresa social y qué no es. Y existe una peor confusión acerca de cómo vender la idea de una empresa social. Este no es un problema trivial ni poco importante porque puede afectar realmente tus métodos de financiamiento, de mitigación de riesgo, de rentabilidad, de ventas, de impacto social, etc. En otras palabras, que tu empresa sea social o no es una de las más importantes decisiones que tendrás cuando comiences tu emprendimiento. Y te puedo afirmar que es casi seguro que tu empresa o proyecto sea más tradicional de lo que crees.

Existen muchas cosas que te hacen pensar que tu empresa sea social: porque compras a proveedores de comercio justo, que donas fondos para mitigar la huella de carbono, que atiendes a viejitos o a sectores vulnerables, o mil otras ideas te pueden hacer pensar que tu empresa es social cuando realmente no lo es. Que tu empresa hable de impacto o cure el cáncer curiosamente tampoco hace que tu empresa sea social, siguiendo el canon de la definición original. ¿Y por qué? Porque la historia de este tipo de empresas enseña una cosa que a muchos emprendedores, por mejor corazón que tengan, olvidan: la empresa social implica inclusión social, democratización de decisiones y sobre todo, reinversión de las utilidades en la empresa.

Y este último punto es, creo, el más importante para que tu empresa realmente sea social; es decir, que no tenga utilidades de capital que salgan de la empresa sino que todo se vaya a sueldos, a mejoría de la empresa o bien que todos ganen y decidan lo mismo. Y es aquí donde se hace una confusión entre impacto, responsabilidad social, sustentabilidad y empresa social. Todas las anteriores pueden tener utilidades, con lo cual significa que realmente son empresas tradicionales que siguen modelos de negocios novedosos. La empresa social por lo mismo es tan diferente y requiere de instrumentos financieros únicos: no puede hablar el mismo lenguaje que las otras. Por eso sufren tanto para obtener financiamiento y mantenerse vivas en México. ¿Todavía crees que tu empresa sea social?