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Las mismas oportunidades

Su nombre es Alejandra, indígena otomí y artesana de Amealco, Querétaro. Madre de 5 hijos, de los cuales solo convive con cuatro ya que le quitaron a su primogénito cuando se separó de su primer marido. Jefa de familia, con educación básica y ejemplo vivo del daño que hace el machismo en nuestra sociedad mexicana. Para quien llevar comida a la mesa cada día es un logro.

 

Alejandra hila el arte entre sus dedos. Les da el primer aliento de vida a las muñecas que hace con tanta dedicación y maestría. También diseña los vestidos de sus hijas y su propia vestimenta con un objetivo claro: que todos los tesoros de su cultura no se olviden no se pierdan, no se mueran. Ella, buscando el respeto a sus orígenes para darlos a conocer fuera de los límites de su comunidad, se declara embajadora y emprendedora de la cultura otomí… Con las consecuencias que esto conlleva.

 

La semana pasada leía un artículo de una ejecutiva de alto rango en que decía que todas las mujeres teníamos las mismas oportunidades. Y me pregunto qué opina de eso Alejandra o tantas otras mujeres que son insultadas y humilladas, por sus mismos compatriotas, por representar con tanto orgullo el origen de México. Me pregunto qué piensa ella sabiendo que su misma comunidad la juzga y critica por tener iniciativa y ambición, sabiendo que tiene que malbaratar sus artesanías para vender algo y con ese poco sacar adelante a su familia. Obviamente las capacidades cognitivas y de superación de toda mujer no se ponen duda, sin embargo es muy importante en el contexto en donde las desarrolle. Déjame preguntarte algo: Si encontraras a una Alejandra vendiendo sus muñecas en un pequeño puesto en la calle ¿le darías una oportunidad de trabajo, de crear una sociedad o de desarrollar un proyecto contigo como se la darías a alguna conocida tuya?

#SeamosLuzDelMundo

Cynthia Aguilar

Formadora en Inteligencia Emocional y Empoderamiento

Editado por Resilientemagazine