Es posible generar sinergia entre empresa y sociedad civil para contribuir al combate de la pobreza rural en México.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es actualmente un elemento capaz de modificar la realidad y contrarrestar las problemáticas sociales; es así como las empresas han ido transformando su visión filantrópica – tradicionalmente asistencialista – hacia una más encaminada a la inversión social.

De hecho, actualmente empresas de talla internacional se suman a la firma de pactos mundiales y buscan el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al alinearse a estos objetivos su concepción de RSE se transforma, ya sea al desarrollo de programas de impacto propios o, bien, al buscar instituciones con perfiles orientados a la generación de impacto con una intervención integral; punto en donde surge la sinergia empresa – sociedad civil.

Un Modelo de Atención Integral implica potenciar un proceso que logre cambios significativos en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas; con un proceso de profesionalización para atender una demanda social, así como elementos fundamentales de planeación, estrategias, objetivos particulares, seguimiento y evaluación de resultados.

Ejemplo de lo anterior, es el caso de éxito del programa “Educampo Mayab”, implementado por Educampo, Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural A.C., (www.educampo.org.mx) y financiado por Cargill México(https://www.cargill.com.mx/),  el cual benefició a más de 200 familias rurales a través de la capacitación y asesoría técnica a 200 agricultores yucatecos de maíz y soya.

Actualmente – después de cinco años de trabajo y al finalizar el programa – los 200 agricultores se encuentran constituidos como empresa y microempresa, e incluso conformaron una Sociedad de Producción Rural, hecho que aporta desarrollo, independencia económica y sustentabilidad en la zona, así como a generaciones futuras.

Gracias al esfuerzo conjunto de Cargill y Educampo, este proyecto es un referente a nivel nacional de responsabilidad e inversión social, que ha transformado la realidad del campo mexicano: sector social que tiene mayor población en situación de pobreza y carencias sociales.

“Por parte de Educampo, podemos asegurar que seguiremos construyendo sueños para que el campo mexicano tenga otra realidad, una en donde los agricultores y sus familias tengan mayores oportunidades. Es momento de promover este tipo de sinergias entre empresas socialmente responsables y sociedad civil para impulsar al sector rural.”

Citlali Fuentes

Directora General de Educampo