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Ética para la transformación social

Todas las personas buscamos aumentar nuestros ingresos y fácilmente nos enfrascamos en la lucha por conseguirlo, no obstante, aún cuando las sociedades occidentales han logrado aumentar sus riquezas, la verdad es que ese hecho no nos hace mas felices. El capitalismo en su afán de competencia y codicia ha logrado reconfigurar nuestras costumbres y con ello ha conformado un ethoso modo de existir incapaz de articular la diversidad de los seres dentro de un proyecto en común.

 

La situación a llegado a tal punto que se ha vuelto obligatorio examinar la validez de esas costumbres y encontrar alternativas que nos permitan construir nuevos patrones que nos conecten como humanidad. La propuesta de un nuevo ethos debe construirse sobre la base de asumir convicciones éticas desde la mirada de la responsabilidad universal, que no es otra cosa que el deseo de transformar nuestras acciones y promover proyectos inclusivos de convivencia, fomentar la no violencia, motivar el entendimiento, reemplazar el egoísmo a través de la compasión y la codicia con la generosidad a fin de alcanzar objetivos sociales y ambientales.

 

Es en ese sentido que la ética es una llamada urgente si queremos movernos hacia un horizonte común donde sea posible construir un modelo de desarrollo centrado en las personas a partir de tomar conciencia de nuestras propias responsabilidades y obligaciones en la construcción del futuro. Desde esta perspectiva, la ética de la responsabilidad nos lleva a moldear las instituciones para que éstas respondan a las necesidades humanas, pero sobre todo a preguntarnos por las consecuencias previsibles de nuestras decisiones de un modo crítico.

 

El mundo mejor que soñamos y el que aspiramos legarle a las generaciones futuras conlleva una gran responsabilidad y compromiso. En este nuevo contrato social dejamos de crear el bienestar en papel, sino que desde cada una de nuestras trincheras lo llevemos a la acción, demostrando tanto en el campo de la teoría como en el de la práctica que existen alternativas que contribuyen a crear sociedades mas justas, inclusivas y prósperas. Como humanidad estamos ante un momento utopístico en el que alinear los valores y las intenciones individuales, de los gobiernos y la iniciativa privada hacia un modelo alternativo puede conducirnos a un objetivo global centrado en la máxima aspiración de la humanidad: la felicidad.

 

Escrito por Alfa Gutiérrez