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El priista que todos llevamos dentro…

¿Por qué la gente se impacta más con la dolorosa derrota de la selección nacional contra Chile por 7-0 que acerca de lo que ocurre en Oaxaca donde por lo menos 6 personas han muerto en disturbios de enfrentamiento con policía antimotines y hay decenas de heridos ¿Por qué nos duele el resultado de un partido más que la muerte de 6 personas y la irrupción de una supuesta paz social, o de la alta corrupción con la casa blanca y la de otros funcionarios, o de la desaparición de 43 estudiantes, etc.? Tal vez la respuesta no se encuentre, pienso, en la crítica a la educación moral de los mexicanos o en la crítica de su indiferencia social y poca empatía. Se dice con desprecio que el futbol es el pan y circo de la actualidad y por ello, se piensa en la facilidad que tienen los gobernandes corruptos en manejar a la población mexicana, la cual al parecer se preocupa más por cosas más triviales como el futbol que en la realidad mexicana.

Y puede ser cierto que la cultura mexicana tenga un grado de incultura o poca empatía. Pero lo preocupante no es es que esto sea un problema sino que sea una situación inamovible y eterna. Una amiga me comentó en el fin de semana su teoría: el priista que llevamos todos dentro. En su teoría, ha sido tanto el reino que tiene este Partido político que ha permeado nuestra psique para pensar que la corrupción, la dictadura, la represión es tan aceptable como lo es humillante perder en un partido de futbol en donde gritamos palabras ofensivas y machistas, las cuales nos producen que nos sintamos invadidos en nuestras tradición cuando se nos amenaza con vetarla por ser socialmente ofensiva Y «¿por qué creer que nuestros gritos son ofensivos cuando no lo decimos tan de mala onda?», muchos argumentan; creo muy erroneamente. Que pensemos que no sea ofensivo, no lo hace menos ofensivo. Y que México sufra más por un partido de futbol que por la represión, no lo hace menos peligroso hacia la libertad moral que podríamos aspirar. La teoría del priista que llevamos dentro, según mi amiga, dice que el mexicano vive con esta situación y saca partido, siempre, cuando puede de la corrupción, del rat race, de la pobreza, de la tranza, etc. Yo creo que más bien, el peligro de esta teoría, es que el priista que todos llevamos dentro hace que no solo la vivamos sino que creamos que es normal y la aceptemos. Como diría Pacheco, el «aquí nos tocó vivir» es tan peligroso como «este es el gobierno que merecemos, para siempre».

Si bien puede ser que todos llevemos un priista en nuestro interior, esto no quiere decir que esto tenga ser así siempre. Todo puede cambiar y las generaciones más jóvenes deben creecer creyendo en la posibilidad del movimiento en vez del estatistmo. El aquí nos tocó vivir también puede decirse con una connotación positiva una vez logremos matar a este priista que llevamos dentro. Pensar que el mexicano es esto y lo otro, y no pueda ser de otra manera, es una buena muestra de ese priista que lleva adentro. Que no podamos cambiar nuestros gritos ofensivos y machistas cuando el portero despega el valor, solo demuestra que no creemos en que podamos mejorar como sociedad.