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El comunicólogo, el malo y feo

¿Comunicar en redes sociales y obtener likes e impacto o preocuparse por la creación de contenido? ¿Dedicarse a la creación de contenido o ser experto en hacer arqueología en internet para encontrar las verdaderas joyas de la corona en su forma más tradicional de memes, infografías o demás videos cortos con temas de actualidad? ¿Qué es más lo importante en el área de comunicación, de community management y por qué no, de relaciones públicas? Claro está, esto dejar de lado el mundo de la mercadotecnia y de la publicidad.

¿Qué hace un comunicólogo en una empresa? Recuerdo que hace tiempo se decía que eso era trabajo del comunicólogo organizacional. Si tan solo hubiera habido redes sociales, facebook o por lo menos google, en aquella época de nuestra vida universitaria a comienzos del 2000, tal vez los comunicólogos no serían conocidos como aquellos que entraron a dicha carrera porque no sabían bien qué querían de la vida ni qué hacer. No dudo que la carrera ahora sea mucho más compleja y al mismo tiempo, curiosidades de la vida, más específica y sobre todo, muy orientada a la empresa. ¿Quién iba a creer que ésta iba  a ganar sobre los creativos de cine, radio y teatro?

Y no digo que no se sigan yendo los comunicólogos a estas áreas más tradicionales sino que el mundo ha cambiado, tanto que la Comunicación no podría haberse quedado atrás. Es más, siempre ha ido marcando paso. Por ello, me pregunto: ¿si a la gente de mi edad nunca se nos hubiera ocurrido la idea de generar dinero con redes sociales al estilo linkedin, instagram y twitter, qué oportunidades traerá el futuro? Tal vez valga la pena ponerse a volar e imaginar nuevos retos y desafíos.