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Educación para la paz y el efecto mariposa | Ashoka

Puede ser que no lo veas pero en cada momento, en cada lugar, hay conflictos y situaciones difíciles. Toda decisión que tomas en tu vida incluye la resolución de un conflicto. No importa si se trata de a dónde ir de vacaciones, qué regalo comprar a tu mejor amiga o qué estudiar en la universidad. Cada decisión es una oportunidad para resolver un conflicto llamado duda. Sin embargo, cada decisión también provee la posibilidad de abrir nuevos conflictos. Todas nuestras acciones tienen consecuencias y sin importar si lo que deseas es ir al cine o leer un libro, cada una de tus acciones tiene como consecuencia infinitas ramificaciones que te acompañarán en cada día.

 

En 1963, Edward Norton Lorentz se hizo famoso por explicar lo sensible que es un sistema cuando existen cambios internos, en especial cuando se habla de sistemas no-lineales, es decir, sistemas caóticos. ¿Qué quiere decir todo esto? Lorentz llegó a una fama inesperada al hablar del efecto mariposa, el cual en su versión original ejemplifica que el aleteo de mariposa en Brasil puede generar un tornado en Texas. Y por supuesto que Lorentz no quizá predecir tornados en Texas y mucho menos creyó que una mariposa pudiera generar eventos meteorológicos a más de 8000 kilómetros de distancia. Lo que Lorentz quiso ejemplificar fue el efecto que tiene un pequeño cambio en un sistema que tiende al caos, es decir, en un sistema caótico como lo es este mundo.

 

El universo se puede dividir en sistemas cerrados o lineales y sistemas caóticos. En los primeros, una acción determina un efecto concreto y se puede esperar dicho efecto cada vez que se tenga lugar una causa. En los sistemas caóticos y no-lineales, todos los resultados de una acción dependen enteramente de un delicado y sensible balance en donde todo siga un rumbo concreto pero cuya variación de cualquier componente, cambiará inesperadamente el resultado. El mundo en el que vivimos es un sistema caótico repleto de pequeños cambios que alteran los resultados.

 

Si el día en que tenías el examen de ingreso a la universidad, un fusible del tercer vagón del metro que serviría de tu transporte se funde, con lo cual no puedes llegar a dicho examen, qué implicaciones tendrá en tu vida, en tu futuro, algo tan sencillo como un delgado filamento de metal. ¿Tu vida puede cambiar radicalmente con el menor de los cambios?

 

¿Qué sucedería si, en cambio, vemos que el comportamiento de los sistemas caóticos también tiene lugar en relación con los grandes conflictos del mundo? No es difícil escuchar que muchos de los problemas de Latinoamérica se podrían resolver con una mejor educación, con menor corrupción o con otras soluciones reduccionistas. Sin embargo, lo que también sabemos es que, aun resolviendo los grandes problemas con acciones concretas, el mundo seguirá funcionando de forma no-lineal, es decir, caóticamente. A pesar de conseguir resolver conflictos, el delicado balance puede romperse en cualquier momento dado.  ¿Qué hacemos entonces?

 

Quizá una respuesta sea la de ver que la mejor educación para un mundo caótico no es una enfocada en los conflictos individuales sino en la paz total. ¿Qué debemos hacer para poder generar una cultura de paz en nuestras sociedades? ¿Qué se necesita hacer para enfocarnos en soluciones que provengan de miles de acciones que dirijan todos los resultados hacia un solo objetivo? Esa sería una educación para la paz basada en generar agentes de cambio capaces de pensar de forma sistémica. Ashoka lleva más de 30 años generando este tipo de líderes.

 

Escrito por Resiliente Magazine

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