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Desde Enmienda XIII, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré caminando por los alrededores del consejo tutelar para menores, ubicado al sur de la ciudad en la delegación Tlalpan, muy cerca del centro histórico de dicha delegación. El tutelar para menores, como su nombre lo dice tiene como principal objetivo tener bajo caución a personas menores de 18 años. El tema del sistema penitenciario en este país es muy complejo va desde sobrepoblación en los penales, falta de acceso a la procuración de justicia –algunas cifras marcan que más del 80% de los presos en México estan ahí por delitos menores a 5 mil pesos-, bandas que se adueñan de las cárceles –recordemos las masacres del penal de Topo Chico en Nuevo León- y las diversas actividades laborales, deportivas e incluso artísticas que se realizan para readaptar y reinsertar a la población ahí existente.

Recientemente tuve la oportunidad de ver un documental llamado Enmienda XIII –disponible en plataformas online de prepago-, dirigido por Ava DuVernay, quien so pretexto de la histórica enmienda que a la letra dice: “Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto.” repara en que aquellos que entran en el supuesto de “trabajo forzado” como “castigo de un delito” son en realidad los negros que otrora eran esclavos y que actualmente son la sobrepoblación de muchas cárceles de los Estados Unidos. La tesis del documental es ver en las cárceles una franquicia económica de grandes vuelos. La cárcel es un enorme negocio y una forma moderna y liberal de mantener a raya a un grupo social históricamente marginado y vejado.

Dostoyevski escribía que el avance de una sociedad se mide con base en el nivel cultural de los presos que hay en sus cárceles. En el tutelar para menores se encuentran los que muchos llaman aprendices de delincuentes, pero ¿quiénes son aquellos que pueden pagar, literalmente, por una prisión domiciliaria o un amparo o una sentencia absolutoria? Hace unos días en un histórico evento donde se exhibieron las prácticas gansteriles de nuestra impartición de justicia, la hija de Jacinta Francisco Marcial –una indígena a quien se le inventó haber secuestrado a varios policías federales y que pasó más de tres años en la cárcel por un delito inventado- espetaba en la cara de la clase política “Lucharemos […] hasta que la dignidad se haga costumbre”. Es tiempo de hacernos de nuevas costumbres.

 Escrito por Erick Aguilar

 Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

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