Home / Viajero  / Desde el 2018, viajero

Desde el 2018, viajero

Al tiempo de caminar por la vida, me encontré comparando. Se dice que entre más se conoce, mejores decisiones –incluso mejor gusto- tiene uno. Hace no mucho presencié cuando alguien le preguntaba a un grupo de personas, si preferirían conocer Cancún o Petra. Muchos contestaron que Cancún y casi nadie Petra. La siguiente instrucción fue que levantara la mano aquel que había escuchado o tuviera conocimiento sobre lo que es Cancún. Todos levantaron la mano. Ahora levanten la mano los que saben qué es Petra –dijo el interrogador. Los pocos que preferían ir a Petra fueron los mismos que levantaron la mano. Tras esta evidencia contundente la persona que realizó la dinámica explicó que nuestros anhelos, deseos pero principalmente preferencias están determinadas por nuestra poca o mucha información sobre lo que nos rodea. ¿A quién no le gustaría conocer una de las siete maravillas del mundo moderno? maravilla que lleva existiendo no menos de 2,500 años y asombrarse no sólo con su historia sino con sus edificios esculpidos en la piedra, literalmente, en la piedra; justo como lo muestra el Al Khazneh (el Tesoro), que me han contado, es uno de los edificios más emblemáticos de tan increíble ciudad. ¿Estaríamos dispuestos a cambiar unas vacaciones de playa y sol en Cancún por un viaje a Petra? Yo no lo dudaría. Pero al parecer y debido a que muchos desconocen qué es Petra, faltar a Cancún ni siquiera sería cuestión para pensarlo.

 

Tras haber presenciado esa serie de preguntas y respuestas entendí que previo a la comparación, necesitamos tener información. Antes de comparar entre destinos es necesario conocerlos. Y esto va más allá de planear nuestras próximas vacaciones. Esto incluye cuestiones como, antes de comparar las ventajas de la carrera u oficio que deseemos realizar, debemos conocer de qué se tratan. En efecto, el tamaño de nuestro mundo personal está determinado por la información y cultura general que estemos dispuestos a hacer nuestra, incluso por nuestras experiencias. Comparar entre ciudades, lugares, amigos, libros e incluso parejas, nos impele a conocerlos, a disfrutarlos, a vivirlos, a darnos el tiempo de ver en nosotros mismos para poder valorar qué es lo que podemos dar y recibir. Toda comparación conlleva elecciones, incluso exclusiones que son valiosas en tanto nos permiten refinar nuestro gusto, formar nuestra personalidad y templar nuestra alma. Decisiones felices pero no por eso fáciles.

 

Muchas veces se dice que las comparaciones son malas, que no deben hacerse y sin embargo soy ferviente creyente de hacerlas. Prefiero ser comparado constantemente por quien me conoce bien –incluso lo exijo- que ser frecuentemente halagado por desconocidos. Comparar para mejorar, para evaluar y crecer. En este 2018 tengamos el hábito de comparar para elegir no sólo candidatos a elección popular sino para elegir nuestro propio e íntimo viaje vital y así seguir conociendo las bellas ciudades de este mundo y sus habitantes. Hay personas maravillosas en este mundo. Mucha suerte.

 

Escrito por Erick Aguilar

 

Aprendiz de ser humano, viajero en capacitación, bibliófilo consumado y sociólogo consumido

 

Facebook