Con la llegada a América de la Europa renacentista tardía, a manos del imperio español, comienza la primera internacionalización, no solo de uno de los cultivos primordiales sino de la basta tradición indígena a todos los rincones que cubre la cúpula celeste.

La trasplantación de cultivos americanos en la vida diaria de Europa, así como su pronta integración en aquella cultura, ha sido altamente estudiada. Ejemplo de ello es el caso de la papa, tubérculo con el que se logró la supervivencia de millones de personas en los tiempos más adversos que enfrentó el Viejo Continente. La papa por sí sola fue responsable de evitar la hambruna de naciones completas, como fueron los casos de Irlanda y Alemania.

Tal impacto tuvo la papa en el mundo que, por ejemplo, cuando en el año de 1841 cayó la plaga Phytophthora infestans en los cultivos de papa en Irlanda, la población sufrió un descenso de casi dos millones de personas entre muertes y migraciones. El tamaño de la tragedia muestra claramente la gran relevancia que tuvieron los cultivos latinoamericanos en la transformación de países enteros.