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Cualquiera de nosotros puede ser en algún momento refugiado

Hay quienes cruzan fronteras para llegar a tierras de oportunidades pero también hay otros que atraviesan desiertos y océanos en busca de aquella paz que no hay en sus países. Al final del día, lo que todos queremos es poder tener construir nuestras vidas y haremos lo imposible para conseguirlo sin importar que eso requiera un comenzar todo de nuevo. Integrantes del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos del Pacto Global han comprendido los  desafíos de las personas refugiadas en Sao Paulo y han propuesto una serie de mecanismos para que la sociedad brasileña y el sector privado construyan una vida más digna para las mujeres refugiadas. Así nace Empoderando Refugiadas: un proyecto que promueve la sensibilización de las empresas ante la realidad de los refugiados y más aún la acción participativa de estas para fortalecer a las mujeres que viven bajo estas condiciones en Brasil. 

En Brasil existen alrededor de 9 mil refugiados y más de 25 mil solicitantes de refugio. La gran mayoría persona vienen del continente africano y de Siria. Llegan a Brasil buscando una vida mejor y aunque hay una ley avanzada en este tema en este país latinoamericano, hay muchas empresas que tienen grandes dificultades para contratar de manera formal a las personas refugiadas ya que es un proceso que demanda cierta flexibilización. “Uno de los problemas que tienen las refugiadas es encontrar trabajo formal por su condición de vulnerabilidad”, comenta Vanessa Tarantini, líder de este proyecto, el cual comenzó como  un programa piloto que impulsó el Pacto Global en alianza con algunas empresas brasileñas, trabajando con 33 refugiadas en talleres diferentes que abarcaban temas como Derechos Humanos de las mujeres y de los refugiados, aprendizaje y/o mejoramiento del idioma, planificación financiera y profesional e iniciativas para emprendimiento. Este primer esfuerzo, liderado por Empoderando Refugiadas, se complementa con sesiones de mentoría y tutorías de manera cercana con cada una de ellas para apoyarles en su entrenamiento para entrevistas laborales, para comprender mejor el desarrollo de las habilidades que necesitan, etc. Posteriormente, este proyecto logró poner en la agenda de las empresas estos temas relacionados con el valor social como una verdadera fuerza para cambiar el mundo. 

La primera edición ha terminado pero aún se ven los resultados. Han aumentado las contrataciones en las empresas y se ha incrementado la sensación de empoderamiento de las mujeres que participan en el programa, sintiéndose mas inspiradas a estudiar para prepararse más y soñar para hacer posible una vida más digna en Brasil. Nueve mujeres de las 33 que conforman el grupo obtuvieron ya un empleo, por medio de oportunidades facilitadas por aliados del proyecto. Empoderando Refugiadas busca ser un programa continuo que mantenga un constante voluntariado corporativo apoyado con programas de mentoring. El siguiente paso será crear una plataforma online que posibilite que las refugiadas reciban asesoría individual de orientación profesional. El objetivo de fondo es lograr que el sector privado sepa de la gran oportunidad que es apoyar este tipo de proyectos. Esta iniciativa busca romper el prejuicio y el estigma de los refugiados, empoderar a las mujeres y transformar poco a poco la realidad:

“Me gustaría que todas las empresas signatarias del Pacto Global sepan quiénes son los refugiados, que no tengan prejuicios, que hay ventajas de trabajar con esta población […] hay gente muy agradecida y muy abierta a aprender cosas nuevas” – Vanessa Tarantini.

Escrito por Sofía Ortega

Editado para Resilientemagazine.com

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Este texto es una colaboración entre Ashoka y Resilientemagazine.com